Las consecuencias psicológicas del VIH pueden ser tan importantes como las físicas. Gracias a la medicación de terapia antirretroviral (TAR) que existe hoy en día se han reducido mucho los síntomas y las transmisiones del virus. De hecho muchas personas aunque sean seropositivas acaban teniendo una carga viral tan baja que resulta indetectable y por ende no puede transmitir la enfermedad.
Aun así, queda mucho trabajo por hacer para paliar el impacto emocional del diagnóstico.
Las personas seropositivas, que tienen anticuerpos del VIH en la sangre, a menudo sienten miedo por lo que les puede pasar, sienten culpa o vergüenza.
Frases como “me lo he buscado”, “¿qué pensarán de mí?” o “nadie me querrá si sabe que soy seropositivo” retumban en su cabeza y los episodios de ansiedad y depresión son muy comunes en estas personas.
Es por esa razón que la ayuda psicológica para personas seropositivas resulta casi tan importante como la medicación.
Efectos psicológicos en la persona con VIH
Aunque cada persona es distinta y reacciona de forma diferente al conocer su infección por VIH, hay algunas consecuencias psicológicas que se repiten muy a menudo:
- Disminución de la autoestima. Suele ir asociada a sentimientos de culpabilidad, auto rechazo y auto marginación.
- Dificultad para relacionarse con otras personas. La persona seropositiva tiene miedo de la opinión de los demás y cree que la rechazarán, tanto en la familia como en círculos de amistad o de pareja.
- Dificultad para construir nuevas relaciones afectivas y temer el rechazo a pesar de haber pasado a un estado indetectable de la carga viral.
- Desestabilización por tener que dar a conocer su situación. Sufre por si no se guarda su «confidencialidad”.
- Estrés por tener que hacer, a veces, revisiones médicas periódicas, pedir bajas laborales repetidas y la incertidumbre sobre si la enfermedad evoluciona favorablemente.
¿Qué debe saber el entorno de una persona seropositiva?
Para poder ayudar a una persona seropositiva es necesario evitar caer en los prejuicios que tenemos como sociedad respecto al VIH. En primer lugar, hay que saber diferenciar entre VIH y Sida.
Sida significa Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida y es la etapa final de la infección por VIH. Ocurre cuando el sistema inmunitario del cuerpo está muy dañado por el virus. Es importante saber que no todas las personas con VIH desarrollan Sida y, de hecho, cada vez menos personas llegan a esta fase avanzada, ya que una pronta detección y un correcto tratamiento permiten controlar la enfermedad para que se mantenga en una fase inicial o o acabe habiendo una carga viral indetectable.
Si bien no existe cura para la infección por VIH, se puede tratar con medicamentos de terapia antirretroviral y la esperanza de vida al día de hoy ya es muy parecida a la de la población general.
El tratamiento puede convertir la infección por VIH en una enfermedad crónica manejable. La medicación también reduce el riesgo de transmitir el virus. Tener VIH no significa que no se puedan tener relaciones afectivas y sexuales de calidad nunca más.
Un estudio de la Fundación Lucha contra el Sida, IrsiCaixa y el centro comunitario BCN Checkpoint siguió durante dos años a 782 parejas gays serodiscordantes, es decir, en las que solo uno de sus miembros tiene el VIH. Realizaron un total de 76.000 actos sexuales sin utilizar preservativo ni otro método de prevención adicional. Solo se diagnosticaron 15 nuevas infecciones dentro del grupo, pero ninguna de ellas estaba vinculada con la pareja seropositiva en tratamiento y por lo tanto, estarían ligadas a relaciones con otras personas.
Pedir ayuda psicológica para personas seropositivas es clave
Conocer la enfermedad es un paso muy importante para tratar con personas seropositivas, aprender a relativizar y gestionar el impacto de la enfermedad y ofrecer un apoyo cercano. Sin embargo, el impacto psicológico del VIH, que suele derivar en ansiedades y depresiones, debe ser tratado por un profesional.
En mi consulta he ayudado a personas con VIH, ya que una de mis especialidades es trabajar con personas del colectivo LGTBIQ+. Se asocia el trabajo sobre la aceptación de enfermedades crónicas y superar sus consecuencias psicológicas. Además, en las sesiones trabajamos la gestión de la ansiedad, la angustia y los miedos y construimos opciones de futuro y esperanzadoras.
También hacemos hincapié en el “duelo” por la pérdida de la salud a raíz de una enfermedad crónica. El objetivo es aceptar la realidad y empoderar a la persona para que gestione la nueva situación.
No se niega en ningún momento la enfermedad. Se dan herramientas de afrontamiento, de toma de decisiones y de resolución de problemas en las distintas áreas de su vida.
Además, se hace mucho enfoque en la gestión de las relaciones. Se trabaja la comunicación con uno mismo, con los demás, la autoestima, el refuerzo de los vínculos con sus seres queridos en esta nueva situación.
Si quieres saber más sobre cómo son mis sesiones con personas seropositivas, contacta conmigo sin ningún compromiso. Estaré encantado de conocer tu caso o el de tu pareja, tu familiar o tu amigo y de explicarte cómo puedo ayudarle desde ya mismo.