El término «diversidad sexual» se refiere a la existencia de varios tipos de expresión sexual, y es un concepto que normaliza y reconoce la libertad sexual y el orgullo gay, el derecho de cada individuo a elegir cómo y con quién comparte sus vidas y actividades afectivo-sexuales.
Sin embargo, este concepto es bastante nuevo; en general, la investigación en profundidad de todos los aspectos de la sexualidad humana es bastante nueva.
De hecho, el surgimiento de la sexología como disciplina de estudio de la sexualidad data de mediados del siglo XIX y tiene una fuerte orientación biológica, con el objetivo de definir y clasificar ambos sexos y sus características. En este post conocerás más del tema.
El desarrollo en la historia del orgullo gay y la identidad de género
La medicina comenzó a preocuparse por mejorar el estudio y la regulación de la sexualidad, pero siempre la entendió como “una práctica conyugal heterosexual centrada en la reproducción”. Aparte de ella, había otro tipo de prácticas heterosexuales, gay y autoeróticas que no eran vistas como prácticas saludables, sino como manifestaciones de alguna “enfermedad mental”.
Hacia fines de siglo, un grupo de médicos, sexólogos y antropólogos comenzaron a proponer una nueva visión de la sexualidad que arrojaría la luz necesaria sobre la diversidad sexual en relación con la práctica sexual, lo que eventualmente condujo al desarrollo de los conceptos actuales de sexualidad y diversidad de orientación sexual.
La identidad de género
Un término directamente relacionado con la diversidad sexual es «identidad de género», que se refiere a la experiencia individual de género de cada persona, que puede correlacionarse o no con el sexo biológico (de nacimiento).
Si la sexología ha quedado obsoleta, el tema de la identidad de género avanza lentamente, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS) está a punto de reclasificar la «insatisfacción de género» -reasignación de sexo- de la categoría de «trastorno mental» a la de «identidad física». En otras palabras, es un desajuste entre el género percibido de una persona y su cuerpo físico.
Día contra la Homofobia, la Transfobia, la Bifobia, Orgullo LGTBI y Pride
Actualmente, el 28 de junio se celebra el “Día del Orgullo Gay”, que aplaude la diversidad sexual no solo de las personas gay, sino de toda la comunidad LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales), y es conocido como el “Día internacional del Orgullo LGTBI”.
Se trata de un movimiento cuyos orígenes se remontan al 28 de junio de 1969, cuando un grupo de policías irrumpió en el Stonewall Inn, un popular lugar de reunión gay y transgénero en el Greenwich Village de Nueva York, con la intención de iniciar una redada, transformando el sitio en un verdadero campo de batalla.
Fueron varios días de protestas y manifestaciones que marcaron el inicio de la lucha por los derechos de los homosexuales.
Por su parte, el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia (IDAHOT) se estableció en 2004 para llamar la atención sobre la violencia y la discriminación que enfrentan las personas LGBTI. Y es celebrado el 17 de mayo.
El número de agresiones contra estas personas sigue en aumento, como demuestra el último informe del Ministerio del Interior, y los diversos Observatorios contra la LGTBIfobia que han surgido en el país.
Incluso hoy en día, muchas personas se ven obligadas a permanecer en silencio para evitar perder sus trabajos, para evitar ser estigmatizados en el mundo del deporte, o para evitar ser objeto de medidas disciplinarias en el sistema educativo, y en un amplio abanico de situaciones cotidianas.
La homofobia, la transfobia, la bifobia y la lesbofobia siguen ocupando la vida de muchos ciudadanos con experiencias negativas intolerables en un estado democrático y progresista.
La diversidad sexual actual: sexo, género y orientación sexual
En realidad, no existe investigación empírica ni bibliografía (revisada por expertos) que sustente teorías que vinculen la orientación homosexual o la identidad transexual (identidad sexual que no corresponde al sexo biológico).
Según Jeffrey Weeks, reconocido sociólogo británico y pionero en el estudio de la sexualidad humana: “No hay esencia del comportamiento sexual”. Solo cambia los patrones deseados cuya configuración específica se puede decodificar.
En consecuencia, puedes distinguir entre sexo anatómico (biológico), género (orden psicológico expresado en un sentido de pertenencia social y cultural y erotismo) y orientación sexual, que es relacional y se basa en la atracción sexual hacia otra persona. Estos tres elementos conforman la identidad sexual de cada persona, dando como resultado una amplia gama de opciones sexuales con numerosas variaciones.
El concepto de diversidad sexual está vinculado a la dignidad humana y al derecho a vivir libre de miedo, autonomía y vulnerabilidad. Es el estigma, no la orientación heterosexual, lo que provoca tensión y estrés, causando estragos en la salud mental del individuo que vive con este estigma. Sin duda, las comunidades LGTBI de hoy enfrentan una discriminación que afecta su salud y bienestar.
En los últimos años, ha aumentado el número de lugares donde se ha aprobado el matrimonio igualitario, así como la legalidad del cambio de nombre y género. Estas acciones representan un paso más hacia la plena inclusión social de quienes no son heterosexuales y/o tienen género alternativo, al menos a nivel formal.
Actualmente, la lucha por el reconocimiento de la igualdad de derechos sin discriminación sexual continúa, además de que existen organizaciones como el observatorio que te ayudan si eres víctima de homofobia.
¿Cómo afecta la discriminación en la salud de la comunidad LGBT?
J. Weeks afirma con certeza que la relación entre sexo y sociedad es compleja y cambiante, porque la sexualidad humana se organiza en una vasta red de creencias, conceptos y actividades sociales.
Es esta “red enmarcada de creencias, conceptos y actividades sociales” la que ha provocado la discriminación y estigmatización de la comunidad LGTBI durante siglos. Gracias a las investigaciones realizadas en las últimas décadas, ahora tenemos una mejor comprensión de las consecuencias de los cambios sociales a largo plazo y de la exclusión que sufren las personas LGBTI.
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Dichos estudios han revelado que la discriminación, la inequidad, el trato degradante y la negación de derechos son algunas de las formas más comunes de agresión y hostilidad. Estas experiencias pueden tener consecuencias psicológicas como el desarrollo de ansiedad, depresión y una mayor tasa de abuso de alcohol y drogas, lo que finalmente conduce a intentos de suicidio o incluso a suicidios consumados.
También se contemplan otras consecuencias que afectan a la vida privada, como la limitación de los derechos en materia de custodia, adopción, convivencia social. Todo ello hace difícil e incompatible un pleno estado de bienestar en todos los aspectos de la vida personal e interpersonal de las personas LGTBI.