El acoso escolar o “bullying”: las consecuencias psicológicas.

El acoso escolar o “bullying”

El acoso escolar se define como un conjunto de actos repetidos y deliberados de agresión física (por ejemplo, golpes, rotura de pertenencias) y/o psicológica (por ejemplo, comportamiento de exclusión social, insultos, difusión de rumores, sustracción de objetos escolares) por parte de uno o varios alumnos hacia otro u otros.

El acoso escolar, al igual que otros actos de violencia, consiste en que un sujeto somete a otro u otros, demostrando su poder y su capacidad para dominar a los demás, y demostrando su liderazgo en el grupo, mientras que otros niños o adolescentes deciden seguir o ser cómplices de la agresión de esa persona, a veces por miedo a que ellos también sean víctimas y excluidos. Inclusive observando el acto violento, sin defender a la víctima o sin denunciar la agresión.

En este artículo, te explico en detalle cuáles son las consecuencias psicológicas de este acto y cómo influye en la vida de las personas a largo plazo. El acoso escolar es una de las experiencias más difíciles y dolorosas para niños, niñas y adolescentes, y sus efectos en las víctimas son numerosos y a menudo tienen consecuencias a lo largo de la vida.

¿Cuáles son los efectos psicológicos del acoso escolar o bullying a corto y largo plazo?

Si tu hijo o hija está sufriendo acoso en la escuela, las señales a tener en cuenta incluyen: parecer retraído en casa, cambio en el estado emocional, bajar las calificaciones o querer evitar la escuela. Es muy importante que recuerdes que el acoso escolar tiene efectos a corto y largo plazo. En el corto plazo, la intimidación puede generar en:

  • Problemas físicos. Salud física (por ejemplo, dolores de cabeza, de estómago, fatiga)
  • Afectación grave en la autoestima y en la seguridad en uno mismo.
  • Sentimientos de soledad y desamparo.
  • Problemas emocionales. Fobias, ansiedad, depresión.
  • Ser agresivo. Intimidación o dirigida a uno mismo.
  • Culpabilidad. Sienten que es su culpa que sean atacados por terceros.
  • Desarrollo social negativo para construir nuevas relaciones.
  • Consecuencias académicas. Bajo interés y motivación en las clases y en el estudio.

La intimidación es particularmente tóxica cuando se dirige a alguien debido a su condición de minoría, como por ejemplo el acoso homofóbico. Las investigaciones muestran que es más común que el acoso escolar relacionado con el racismo, el sexismo o la religión. Este tipo de intimidación puede ser muy perjudicial y conducir a un auto-desprecio interiorizado.

Puede ser más difícil sentir simpatía por los acosadores. Sin embargo, es probable que ellos también experimenten problemas psicológicos, ya sea como causa o como resultado de su comportamiento. Pueden tener problemas para relacionarse con sus compañeros o convertirse en acosadores debido a problemas en el hogar.

Y un niño que está siendo victimizado puede convertirse en un acosador, apuntando a un grupo o víctima, menos poderoso. Tanto los acosadores como las víctimas necesitan apoyo.

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Efectos a largo plazo del acoso escolar: todavía puede causar problemas en la edad adulta

Los estudios demuestran que, si fuiste acosado cuando eras niño, esto puede tener un impacto duradero en tu vida adulta. El impacto psicológico de la intimidación aún puede ser evidente 40 años después. Si te acosaron, es más probable que abandones la escuela en una edad temprana, ganes menos dinero o estés desempleado, y no tengas una relación estable. También puedes experimentar una variedad de efectos a largo plazo, como:

  • Una variedad de condiciones de salud mental, como la ansiedad y la depresión.
  • Sentimientos de impotencia.
  • Dificultad para tomar decisiones.
  • Baja autoestima o complejo de inferioridad.
  • Obesidad o un trastorno alimentario.
  • Estrés o trastorno de estrés postraumático.
  • Problemas para dormir.

Una consecuencia de la intimidación en la infancia puede ser el desarrollo de la trampa vital o «esquema» de aislamiento social. Este es un patrón de pensamiento y comportamiento que te impide conectar con los demás.

Puede desarrollarse debido a que tu familia es diferente de las personas que te rodeaban mientras crecías. O puede que te hayas mudado mucho cuando eras niño, por lo que siempre fuiste el ‘chico nuevo’. Pero también puede resultar de haber sido excluido o intimidado en la escuela.

Si pasaste gran parte de tu infancia, sintiéndote solo, por cualquier motivo, es posible que hayas llegado a creer (erróneamente) que eres de alguna manera ‘diferente’ de los demás.

¿Que puedes hacer si eres víctima de bullying?

Si sufres acoso escolar debes saber que no estás solo/a y que existe ayuda disponible. Seguro que tus padres, amigos o profesores están dispuestos a escucharte y te ayudarán a encontrar apoyo. No temas en pedir consejo si lo necesitas. 

Si tú como padre o madre sospechas que tu hijo está siendo acosado, debes buscar ayuda lo antes posible. Es importante ponerse en contacto con los otros padres y profesores para ayudar a encontrar una solución al acoso en una fase temprana. Las escuelas tienen la obligación legal de responder al acoso y plantear una solución. Los educadores deben conocer los signos de que un niño está siendo acosado para poder intervenir. 

¿Cómo recuperarse del bullying en la edad adulta?

Si has sido acosado, de niño o de adulto, puedes tener un impacto duradero, pero también puedes recuperarte. Aquí hay 5 cosas que puedes intentar:

Reconoce que fuiste intimidado

Es común minimizar o trivializar nuestras experiencias dañinas de la infancia. O podemos sentir culpa, vergüenza o culparnos a nosotros mismos por lo que pasó. Debido a que la intimidación es usual, podríamos pensar «bueno, les pasó a todos, así que debería poder seguir adelante».

Sin embargo, el bullying es un problema grave que deja sus cicatrices. Puedes comenzar a sanar reconociendo que ocurrió el acoso escolar y que no tuviste la culpa.

Recupera el control

Para abordar los sentimientos de impotencia y desamparo, sé dueño de tus pensamientos, emociones y acciones, y reconoce que puedes tomar tus propias decisiones en la vida.

Reconoce tu valor

Debido a que la intimidación puede generar sentimientos de baja autoestima, es importante reconocer tus puntos positivos. Escribe una lista de tus cualidades, fortalezas y características positivas. ¿Qué le gusta a la gente de ti? Y, lo más importante, ¿Qué es lo que te gusta de ti? ¿En qué eres bueno?

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Evita el aislamiento social

Particularmente, si sufres de la trampa vital del ‘aislamiento social’, trata de evitar aislarte de amigos y familiares que puedan ofrecerte apoyo. También puedes encontrar un grupo de apoyo en tu área. No tienes que superar tus dificultades solo.

Habla con un terapeuta

La intimidación puede conducir a una amplia gama de problemas psicológicos en la edad adulta, para los cuales las terapias de conversación pueden ayudar.

Sé amable contigo mismo. Los efectos de la intimidación pueden persistir durante mucho tiempo, así que ten paciencia, recompénsate por las pequeñas victorias y date tiempo para recuperarte. Practica el cuidado personal y asegúrate de tomarte un tiempo solo para ti mismo para hacer cosas que te nutran y te brinden alegría.

Si crees que necesitas ayuda o que tu hijo lo necesita, no tengas miedo o timidez de ponerte en contacto conmigo para dar tu primer pequeño paso. Mi nombre es Daniele Vasta y puedo ayudarte con cualquier problema de acoso escolar. Así como a gestionar las consecuencias del acoso que sufriste.

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