¿Conoces esa sensación de que no puedes entender lo que pasa con tu hijo/a? Intentas comunicarte pero parece que hay un muro. ¿Quizás el problema es contigo? ¿Quizás el problema es con tu hijo/a? En definitiva, pensar en que tienes mala comunicación con hijos adolescentes es demasiada carga mental.
Tu hijo pasa por muchos cambios durante su adolescencia y tú tendrás que lidiar con esto con tu papel de padre o madre. No es fácil ser un adolescente y puede que no sea fácil tratar con unos hijos o hijas que se encuentran en esta fase de la vida . Pero si estás leyendo esto, lo más probable es que las cosas no sean tan malas como parecen. Pongamos las cosas en perspectiva y veamos por qué te sientes así.
Ser padre o madre de un adolescente es difícil. Es probable que tu hijo/a adolescente no te haga mucho caso y que incluso se rebele contra tu papel como padre o madre en alguna ocasión. Sin embargo, esto no significa que tu, como padre o madre, haya fracasado de una manera u otra. Todos los padres tienen que enfrentarse a que sus hijos crezcan y se conviertan en individuos independientes con personalidades propias.
Ojalá la comunicación fuera siempre tan fácil. La verdad es que hay muchos factores que pueden influir en lo cómodo que se siente tu hijo al hablar contigo. Por ejemplo, si tu, como padre o madre, das la impresión de ser demasiado estricto o controlador, esto hará que no se sienta seguro al hablar abiertamente.
Por otro lado, si siente que no pueden confiar en ti, no se sentirá lo suficientemente cómodo como para abrirse sobre cosas personales o pedir consejo cuando más lo necesitan (en ese caso es más probable que lo haga con un amigo o una amiga).
Como padre, quieres que tu hijo tenga éxito y se convierta en un adulto sano y seguro de sí mismo. Pero a veces puede parecer que tu hijo adolescente habla otro idioma. Es completamente normal que los padres tengan dificultades y que éstas lleven a una mala comunicación con sus hijos adolescentes. Las presiones académicas, las actividades sociales, los cambios físicos, el reconocimiento de parte de los demás compañeros, los nuevos amigos y las relaciones románticas ocupan gran parte de la atención de tu hijo. Además de estos grandes cambios, su hijo/a puede estar tratando de descubrir quién es como individuo.
Un requisito indispensable para una buena comunicación es la voluntad genuina de comprender la experiencia de tu hijo y respetar sus vivencias. Los jóvenes necesitan sentir que tú estás sinceramente interesado en lo que te cuentan. Entonces, ¿Cómo afrontar una mala comunicación con hijos adolescentes?
Hablar y escuchar son dos aspectos importantes de la comunicación. Ampliar la información sobre estos tópicos tan necesarios y delicados de las relaciones es, a veces, necesario. Soy Daniele Vasta, psicólogo y coach, quiero ayudarte a manejar y reducir tu nivel de malestar actual, ya sea por ansiedad, emociones o algo más específico.
La conversación juega un papel fundamental en la relación con tu hijo. Los adolescentes necesitan que los padres les reconozcan y que les validen la importancias que las cosas tienen para ellos, que les escuchen para poder afrontar la difícil etapa del crecimiento.
Los padres son modelos muy importantes
Es bueno que recuerdes que los padres suelen ser el primer punto de referencia para tu hijo. Aunque tu hijo adolescente a veces dé la impresión de que no le importa lo que piensas, dices o haces, ¡no es cierto! Ya en la pubertad, ha tenido tiempo suficiente para observar y aprender cómo te comportas con los demás y cuánto respeto les muestras.
Comportamiento irrespetuoso también en casa
Es probable que, a pesar de tus mejores esfuerzos por ser modelo, sigas obteniendo respuestas irrespetuosas o inadecuadas de tu hijo. Esta rebeldía puede hacer que haya mala comunicación con hijos adolescentes.
Sin embargo, no debes buscar las razones solamente en el entorno de tu hijo fuera de casa. Sería superficial buscar únicamente en otros, las circunstancias que conducen a la falta de respeto o a la rebeldía. Cuando los púberes y adolescentes no muestran ni respeto ni empatía, una mirada a la actitud parental puede ser reveladora.
Esta rebeldía o comportamiento irrespetuoso en los jóvenes puede ser una consecuencia de:
- Una actitud de laisser faire (dejar hacer) en la crianza, que el joven percibe como indiferencia.
- Un estilo de crianza incoherente, ambigua o con promesas falsas, lo que hace que el niño se sienta desatendido o confuso.
- Falsas expectativas sobre el joven, que suponen una carga intelectual para él y que hacen que no se satisfagan sus necesidades emocionales.
- Un estilo parental sobreprotector que no permite al adolescente ninguna independencia y, por tanto, lo mantiene dependiente de sus padres limitando su desarrollo.
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Evita la complacencia excesiva en la adolescencia
En las relaciones con los hijos, los padres tienen que ser capaces de detectar cuando ellos buscan apoyo y orientación. Una crianza que se inclina hacia complacer siempre todos los caprichos o gustos (laissez-faire), carece tanto de apoyo real cuanto de orientación.
En esta situación, no hay límites estables que los padres defiendan, ni responsabilidades y consecuencias claras . Incluso cuando los adolescentes traspasan este límite con su comportamiento irrespetuoso lo cual implica unas consecuencias, el comportamiento de los padres suele agotarse en gritos, desesperación o amenazas (a veces sin sentido alguno).
El «no» debe ser fiable y sostenido por ambos progenitores. Los que ceden continuamente ante el joven apoyan su comportamiento rebelde, pero retienen lo que el adolescente realmente quiere, es decir, la atención y el interés genuinos de los padres, la cercanía emocional y la protección, que a veces también puede manifestarse en un “no” firme.
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La mala comunicación con hijos adolescentes
El alma de un joven es muy sensible. La mala comunicación con hijos adolescentes puede deberse, a veces, a pequeñas sentencias mal concebidas, o bien en la infancia, o bien en la propia adolescencia, lo que puede generar un gran daño a la autoestima y afianzar comportamientos inadecuados.
Es así, como un adolescente alegre y enérgico puede convertirse en un hombre cerrado y sin emociones en la edad adulta. Si te preocupas por tus hijos, intenta evitar los siguientes errores:
1. Estoy decepcionado contigo. Pensé que tendrías más éxito.
Idealmente, quieres que tu hijo triunfe. Por ello le exiges que sea un profesional de alto nivel y cierto estatus. La mayoría de las veces se trata de profesiones que tú mismo deseas hacer y que quieres que tus hijos sigan tus pasos.
A través de tus hijos, intentas cumplir tus ambiciones insatisfechas. Hay que decir que evaluar a tus hijos según tus propias expectativas, puede destruir completamente su autoestima. Es necesario fijarse no sólo en los resultados, sino también en la motivación por la que el joven hace esto o aquello.
2. Este trabajo no es para ti, sino para los hombres de verdad.
El padre desempeña un papel fundamental en la crianza y el desarrollo saludable de tu hijo. Ya a los seis años, el hijo quiere imitar a su padre en todo y hacer todas las cosas ordinarias con él. Por lo tanto, desde el principio, el papel del padre es principalmente estar cerca de tu hijo.
Las relaciones con los hijos no deben limitarse a jugar. Es importante que estén juntos, sobre todo en la etapa adolescente, y que invites frecuentemente a tu hijo a realizar contigo actividades.
Estas actividades pueden ser familiares, y la interacción padre-madre-hijo, desarrollará canales de entendimiento que mejorarán la comunicación.
3. No sabes o no puedes hacerlo, ya lo hago yo.
Esta es una de las peores frases que puede escuchar un joven. Por supuesto, puede haber casos en lo que esto sea cierto, pero también depende de cómo se presenta la dificultad o el reto. No obstante, no ayuda a nadie escuchar constantemente lo incompetente que uno es.
Frases despectivas como “no puedes clavar un pobre clavo”, hieren y marcan profundamente y, si se repiten a menudo, pueden provocar una baja autoestima y la sensación de que no pueden hacer nada.
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¿Cómo mejorar la mala comunicación con hijos adolescentes?
No hay una fórmula efectiva y estándar que pueda aplicarse a todos los casos. La relación con los hijos adolescentes es, normalmente, un reto que deben afrontar los padres sin poder hacerse a un lado.
En principio, la adolescencia será el termómetro de la infancia, por lo que, si se ha manejado la etapa inicial con cierta visión de futuro, con los recursos y las estrategias debidas, con la carga de valores y de modelos correctos, es probable que la comunicación en la etapa de la adolescencia sea más efectiva.
La etapa adolescente es un crisol del ser humano. Tu hijo necesita de ti, en esta etapa, mucho más que en cualquier otra, pero no de la misma manera que cuando era niño. Tu comprensión y compañía, hablarán más que la sobreprotección o los reclamos.
A menudo se estereotipa a los adolescentes como cerrados en su mundo y como si no quisieran hablar, prefiriendo sentarse en sus habitaciones en lugar de relacionarse con la familia. Pero esto dista mucho de la realidad para la mayoría de las familias.
La comunicación entre padres y adolescentes puede volverse tensa e incómoda durante la adolescencia. El cerebro de un adolescente experimenta muchos cambios, y por eso actúa de forma tan diferente a la de un adulto o un niño más pequeño. Es importante que los padres comprendan estos cambios y aprendan a comunicarse eficazmente con tu hijo adolescente si quieren mantener una relación sana con él.
Lo que se dice a un adolescente es tan importante como la forma en que se dice. Estos consejos ayudarán a mejorar la comunicación con tu hijo adolescente:
- Habla de su día a día e interésate.
- Pregunta por sus amigos.
- Escucha a tu hijo/a.
- Intenta comprender a tu hijo/a.
- Prorporciónale su espacio personal e independencia como adolescente.
- Mantén los rituales y horarios familiares.
- Resuelve los malentendidos.
- Recuerda que está creciendo.
- Acepta que es diferente de ti y tiene su personalidad propia.
- Mantén la comunicación aunque a veces resulte complicado.
No dudes en buscar ayuda especializada si tienes una mala comunicación con tus hijos adolescentes y sientes que no puedes resolverlo solo. ¡Estoy aquí para ayudarte si lo necesitas!