Tengo miedo a conducir. ¿Qué me está pasando?

Tengo miedo a conducir. ¿Qué me está pasando?

Conducir despierta diferentes emociones para todos, ya sea por miedo a reprobar el examen, pensar en una posible aprehensión por conducir y cometer una falta, ansiedad por volver a las carreteras después de años o una fobia genuina, hay muchas razones por las que puedes tener miedo a conducir y ponerte al volante.

¿Te suena familiar? ¡No estás solo! El 22% de la población tiene miedo a conducir y el 19% de los conductores abandona la conducción por ansiedad.

A continuación, te expongo algunos de los miedos al volante más comunes y, en la medida de lo posible, te doy algunos consejos prácticos, de lo que debes hacer para superarlos.

¿Qué es el miedo a conducir?

El miedo a conducir es conocido como Amaxofobia. Amaxa” (o “hamaxa”) es la palabra griega para carro, carruaje o coche. Fobia significa miedo. Alguien con miedo a conducir o viajar en un vehículo es amaxofóbico.

¿Qué es el miedo a conducir?

Las emociones relacionadas con el miedo a conducir son extremadamente comunes y pueden manifestarse en síntomas leves y más graves.

Para algunos, puede ser un miedo a situaciones muy específicas, como:

  • Conducir a altas velocidades
  • Sufrir una pérdida de control
  • Aprender a conducir
  • Conducir solo
  • Conducir de noche
  • Estar atrapado en un atasco de tráfico
  • Conducir en condiciones climáticas adversas
  • Conducir en áreas desconocidas
  • Conducir junto a vehículos más grandes
  • Miedo hacerlo por una autovía
  • Hacerlo después de sufrir un accidente

Pero para muchos otros, es una ansiedad generalizada sentarse detrás del volante. Además, muchos casos de fobia a conducir se desarrollan aparentemente de la nada, sin una causa clara y, a veces, después de años de conducir sin miedo.

¿Qué puede causar el miedo a conducir?

No hay una respuesta general a la pregunta de por qué algunas personas desarrollan o tienen un miedo incorporado a conducir.

Para la mayoría, estará en juego una combinación de temores y ansiedades. Algunos de los desencadenantes más comunes incluyen:

Ansiedad por el desempeño

Es parte de la naturaleza humana sentir la carga de la responsabilidad, especialmente cuando la seguridad está en juego. Además de tu propio bienestar, también estás asumiendo la presión de cuidar a los pasajeros de tu vehículo. Puedes sentirte incómodo confiando en tus propias habilidades al volante.

Miedo a viajar

Más una fobia específica (‘hodofobia‘ para ser exactos), el miedo a viajar incluye moverse a través de todas las formas de transporte y aprehensión por explorar nuevos lugares o rutas.

Mala experiencia

Es lógico que si experimentaste un estado en el que hayas estado involucrado o hayas sido testigo de un accidente de tráfico (o casi un accidente) en el pasado podrías haberte visto muy afectado por esa experiencia.

Ningún incidente es demasiado pequeño para tener un efecto

Podría ser simplemente que conducir a través de una fuerte tormenta, perderse o incluso tener conocimiento de una experiencia que te involucró con alguien que conoces podría desencadenar una aversión a volver a la carretera.

Claustrofobia

Una de las fobias más comunes y más publicitadas, el miedo general a los espacios cerrados puede transferirse fácilmente a la perspectiva de sentarse dentro de un automóvil, ya sea como conductor o como pasajero.

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Miedo a los accidentes

A ninguno de nosotros nos gustan los accidentes, pero si eres una de las personas que sufren de ‘distiquifobia’ tiendes a evitar activamente todas las situaciones que aumentan el riesgo de peligro físico, como subirse a un vehículo.

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad al volante?

Los síntomas de las fobias o ansiedades al conducir se manifiestan de manera diferente, pero por lo general pueden ser similares a los asociados con otras formas de ansiedad o ataques de pánico. Estos pueden incluir:

  • Confusión
  • Mareo
  • Palpitaciones del corazón
  • Palmas sudorosas
  • Desorientación
  • Dificultad para respirar
  • Boca seca

Puede que no experimentes necesariamente ninguno de estos síntomas físicos, sino que simplemente evitarás el problema de conducir por completo, lo que podría mantener tu miedo en secreto de amigos y familiares.

¿Qué puedes hacer para evitar la ansiedad al volante?

Si bien no todos los casos son necesariamente ‘curables’, existen al menos algunos pasos prácticos que puedes tomar y que, con el tiempo, pueden ayudarte a aliviar las tensiones que se asocia con la conducción.

Si estás aprendiendo a conducir, podría ser tan simple como cambiar de autoescuela o profesor si las cosas simplemente no funcionan y te transmiten miedo o desconfianza.

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Algunos otros consejos generales incluyen:

  • Evita la cafeína y el estómago vacío: reducir la ingesta de bebidas con cafeína puede tener un efecto sorprendentemente positivo sobre la ansiedad. Como desencadenante conocido, si te pones ansioso, el mejor curso de acción es eliminarlo por completo. Nunca intentes salir en tu vehículo sin haber comido algo primero, y nunca conduzcas con falta de sueño.
  • Manejo del estrés: desafortunadamente, los períodos prolongados de alto estrés pueden generar ansiedad, así que has todo lo posible para mantener tus niveles bajos. Las técnicas habituales, como hacer pausas regulares en el trabajo, reservar tiempo para el ejercicio, el yoga y la meditación, pueden ayudar.
  • Terapias de realidad virtual (RV): las investigaciones han descubierto que la terapia de RV es una ayuda eficaz para tratar las fobias a conducir. La tecnología informática es como un videojuego, en el que el terapeuta puede desencadenar escenarios temibles para el conductor, como túneles, puentes, adelantamientos, etc.
  • Técnicas terapéuticas: considera investigar prácticas como la ‘desensibilización’, que implica tomar pequeños pasos para ponerse en situaciones que desencadenan la ansiedad. En este caso, un ejemplo podría ser simplemente sentarse en un vehículo estacionado con el motor en marcha. Puede llevar horas, días, incluso semanas o meses, pasar a la siguiente etapa.
  • Enfoque en el vehículo: cuando estés al volante, haz todo lo posible para no dejar que tus preocupaciones te distraigan. Para empezar, mantén tu teléfono móvil fuera de la vista y reduce la velocidad si encuentras que eso ayuda. Cuanto más rápido conduzcas, más información necesitarás procesar.

Al igual que otros miedos o fobias, el miedo a conducir requiere el tratamiento de un psicólogo o psiquiatra capacitado para ayudarte con esto.

Identifica tu problema, cualquier miedo puede alterar tu vida, pero el miedo a conducir, sin duda alguna te limita muchísimo, te haces dependiente de los demás lo que causará que tu bienestar se vea gravemente alterado.

Yo como psicólogo puedo ayudarte, y juntos a través de tratamientos útiles lograremos disminuir y combatir el estrés que te causa el tener que conducir. ¡No dejes que el miedo a conducir y el estrés dominen tu vida!

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